Unidad 1.3 El surgimiento de la escuela a nivel mundial y en la Argentina.
Unidad 1.3 El surgimiento de la escuela a nivel mundial y en la
Argentina.
Pineau, Pablo ([1996]-2001) "¿Por qué triunfó la escuela?, o la modernidad dijo: ‘Esto es educación’ y la escuela respondió: ‘Yo me ocupo’ " en: Pineau, P., Dussel, I. y Caruso, M., La escuela como máquina de educar. Buenos Aires: Paidós.
Pablo Pineau, en ¿Por qué
triunfó la escuela?
aporta el pensar la escuela no como un fenómeno
natural y evolutivo, sino histórico y contradictorio, como una de las tantas, y
no la única opción posible. Parte de la consideración general de la
escuela como metáfora del progreso, como una de las mayores construcciones de
la modernidad, asegurando que “Todos los hechos sociales fueron
explicados como sus triunfos o fracasos”.
El autor señala primeramente que el pasaje
del siglo XIX al XX está marcado por la expansión de la escuela como forma
educativa hegemónica en todo el globo, presentándose las siguientes
características:
• Legislación de educación
básica, obligatoria, notable explosión matricular.
• Condición de no
escolarizado, estigma degradante.
• Escuela, metáfora del
progreso, una de las mayores construcciones de la modernidad.
• Todos los hechos sociales
fueron explicados como sus triunfos o fracasos.
Pineau también cuestiona los análisis
explicativos del fenómeno “escuela”, desde aquellos que la
consideran la escuela como un resultado lógico del desarrollo educativo
evolutivo y lineal de la humanidad, hasta los que han buscado problematizarla.
Los cuestionamientos son los siguientes:
• Muchas de las
interpretaciones sobre el proceso de escolarización lo funden con otros
procesos sociales y culturales como la socialización, la educación en sentido
amplio, la alfabetización y la institucionalización educativa. Para Pineau,
están en sintonía pero no en homología con la historia de la escolarización. Si
bien todos están muy imbricados, cada uno de ellos goza de sus especificidades.
• La mayoría de estas
lecturas ubican el sentido escolar fuera de la escolarización, en una
aplicación de la lógica esencia/apariencia o texto/contexto. Así, la
significación del texto escolar está dada por el contexto en que se inscribe.
Son los fenómenos extraescolares los que explican la escuela, que se vuelve
“producto” de estas causas externas. Para Pineau, históricamente es demostrable
que si bien estos contextos cambiaron, el texto escolar resistió. La eficacia
escolar parece residir entonces en su interior y no en su exterior, ya que este
último se modificó fuertemente durante su reinado educativo sin lograr
destronar a la escuela
En síntesis, para el autor, a los
educadores modernos les es muy difícil ver la escuela como un ente no fundido
en el paisaje educativo, lo que probablemente sea la mejor
prueba de su construcción social como producto de la modernidad. Cien años más
tarde, se vuelven a hacer, con fines de análisis, las mismas preguntas que
enfrentaron los constructores de los sistemas, entonces, su condición de naturalidades
también una construcción históricamente determinada que debe ser desarmada y
desarticulada.
A partir de sus críticas, Pineau ensaya otros
abordajes que permitan comprender ese plus de significación
que encierra el triunfo de la escuela y que escapa a la enumeración de sus
finalidades. Su hipótesis es que “la consolidación de la escuela como
forma educativa hegemónica se debe a que ésta fue capaz de hacerse cargo de la
definición moderna de educación”. Para ello, sirviéndose de una imagen
borgeana como guía, describe el camello y luego analiza cuál es la condición
de arabidad que no nos permite ver el camello
escolar. Así, el autor busca despegar la escuela del paisaje
educativo moderno a partir de analizar sus particularidades e identificar una
serie de elementos que provocan rupturas en el devenir histórico- educativo,
para luego reubicarlo en el paisaje y sostener que la escolarización es el
punto cumbre de condensación de la educación como fenómeno típico de la
modernidad:
1. ¿Qué es una escuela? despegándola del
paisaje educativo moderno mediante el análisis de sus particularidades y la
identificación una serie de elementos que provocan rupturas en el devenir
histórico-educativo, es decir, que se fueron ensamblando para generar la
escuela, dando lugar a una amalgama no exenta de contradicciones que reordenó
el campo pedagógico e impuso nuevas reglas de juego, a saber:
a. Homología entre la
escolarización y otros procesos educativos
b. Matriz eclesiástica
c. Regulación artificial
d. Uso específico del espacio
y el tiempo
e. Pertenencia a un sistema
mayor
f. Fenómeno colectivo
g. Constitución del campo
pedagógico y su reducción a lo escolar
h. Formación de un cuerpo de
especialistas dotados de tecnologías específicas
i. El docente como ejemplo de
conducta
j. Especial definición de la
infancia
k. Establecimiento de una
relación inmodificablemente asimétrica entre docente y alumno
l. Generación de dispositivos
específicos de disciplinamiento
m. Currículo y prácticas
universales y uniformes
n. Ordenamiento de los
contenidos
o. Descontextualización del
contenido académico y creación del contenido escolar
p. Creación de sistemas de
acreditación sanción y evaluación escolar
q. Generación de una oferta y
demanda impresa específica.
2. La escolarización como
empresa moderna. Pineau, desde un recorrido que abarca desde la Edad Media hasta
nuestros días reubica aquí este fenómeno en el paisaje, sosteniendo su
hipótesis de que “la constitución de la escuela no es un fenómeno que
resulta de la evolución lógica y natural de la educación, sino de una serie de
rupturas y acomodaciones en su devenir. Pero, a su vez, la escuela puede
considerarse el punto cúlmine de la educación entendida como empresa moderna,
en tanto proceso sobre el que se apoya su naturalización”.
En efecto, hasta el Siglo XVII, el proceso fue
lento, luego acelerado y finalmente decantado. En la Edad Media ocurre la
maceración lenta de alguno de estos componentes. En el Siglo XVI, inicio de la
modernidad, el proceso se acelera. En el Siglo XVII, decantan muchos de sus
elementos
En el ilustrado Siglo XVIII, se comenzó a
teorizar sobre las cuestiones educativas, avanzándose en la construcción de la
escuela como forma educativa moderna por excelencia. Desde Kant y otros
pensadores, se comprendió a la educación como el fenómeno esencialmente
humano piedra de toque del cambio social y de los procesos de
superación o progreso individual y colectivo y reafirmó a la infancia como el
período etario educativo por antonomasia.
Kant, en Pedagogía, retoma
el pensamiento pedagógico de los siglos XV al XVII y lo entronca con la
Ilustración, lo que le permitió desplegar las premisas educativas modernas.
Kant constituye a la educación en un fenómeno humano, externo a la realidad
dada y a la divinidad. La clasificación interna de lo educativo –cuidados,
disciplina e instrucción- que da lugar a las tres interpelaciones a su sujeto
–niño pequeño, educando y estudiante- establece los límites entre un interior y
un exterior. La educación es la piedra de toque del desarrollo del ser humano.
El hombre es capaz de conocer prescindiendo de todo criterio de autoridad y de
otredad, a partir de desarrollar la razón, y este fenómeno es el proceso
educativo.
Los cuidados son propios de
todas las especies animales. Por el contrario, la relación entre disciplina e
instrucción -ambos procesos esencialmente humanos- soldada por Kant se mantiene
en las concepciones modernas sobre educación. La relación
instrucción/disciplina, como binomio de relación negativo/positivo,
represión/producción, establece las fronteras precisas de lo educativo. El
hombre educado es un hombre cultivado/disciplinado. Es posible comprender este
fenómeno dentro de lo que Foucault llamó la gubernamentabilidad, en
tanto forma de disciplina y gobierno no ya dirigida a un territorio, o a la
familia, sino a la población. La construcción del poder moderno, que actúa por
producción y no por represión, que genera y no cercena sujetos, implicó la
construcción de esta estrategia por la que el poder actúa a la vez sobre todos
y cada uno de los sujetos. En este marco, Kant reforzó una de las operaciones
centrales de la educación moderna: la constitución de la infancia como sujeto
educativo por excelencia.
El burgués Siglo XIX fue un “laboratorio
de pruebas” de la escuela, reprocesándose el pensamiento educativo
moderno principalmente a partir del despliegue de tres discursos: liberalismo,
positivismo, el aula tradicional:
a) Liberalismo: el fin de la
educación liberal es la formación del ciudadano, en un doble juego de
obligaciones y derechos. Estas consideraciones dieron origen a:
i) Aportes del liberalismo en
el nivel educativo: el Estado docente y la obligatoriedad escolar
ii) Comprensión de la educación
como un cursus honorem que permitía la “carrera abierta al talento” a partir de
su función monopólica de dotación de capital cultural institucionalizado. El
sistema educativo se convirtió en una vía inestimable de ascenso social y de
legitimación de las desigualdades, en una tensión constante entre la igualdad
de oportunidades y la meritocracia que ordenan sus prácticas.
iii) Marcó el camino de construcción
de las naciones y el sentimiento de adscripción a ellas. La naccionalidad debía
ordenar la totalidad de las prácticas escolares
b) Positivismo:
i) Comprensión de la escuela
como la institución evolutivamente superior de difusión de la cultura válida
como instancia de disciplinamiento social. as´, Europa constuía una
justificación cultural y educativa del imperialismo
ii) La cientificidad como el
único criterio de validación pedagógica. Este cientificismo adoptó distintas
formas y produjo diversos impactos
(1) Realización de una serie de
reducciones para la comprensión del hecho educativo. Todo problema educativo
era en última instancia un problema de un sujeto que aprende, y las
posibilidades de aprender de ese sujetos estaban determinadas por sus genes, su
anatomía o su grado de evolución (mielinización, consumo de fósforo). De esta
forma se podía establecer desde el comienzo quiénes triunfarían en el terreno
educativo y quiénes no tenían esperanzas. Esta reduccón interpelaba a los
sujetos sociales excluidos como productos de enfermedades sociales o como
expresiones de deiciencias provenientes de la raza de origen.
(2) Abonó la dimensión
prescriptiva de la didáctica ediante lo que Tedesco ha denominado “detallismo
metodológico”
(3) Pelea por el
establecimiento de un currículo científico, cuyos triunfos fueron escasos y
variados. La idea de la experimentación e investigación propugnadas como
estrategias pedagóficas se conviertieron en una repetición mecánica por parte
de los aulumnos de los pasos científicos para llegar a los fines y los
resultados predeterinados, sin la posibilidad de variación ni de construcción
de nuevos saberes.
cc) Aula tradicional: ordenó las prácticas
cotidianas, a partir del triunfo final y avasallante del método simultáneo,
gradual o frontal. La organización del espacio, el tiempo y el control de los
cuerpos siguió el método de organización propuesto por éste último. Docente en
lugar privilegiado, aprendizaje fundido en la enseñanza. A su vez, se
privilegiaron los procesos intelectuales de todo tipo con sede en cuerpos
indóciles a ser controlados, reticulados y moldeados. Se buscaba formar la
mente de los alumnos en su máxima expansión, y para ello era necesario
inmovilizar sus cuerpos.
A estos se le fueron sumando contemporánea o
posteriormente otros: higienismo, nacionalismos, normalismo, asistencialismo,
pragmatismo, materialismo, sensualismo, etc.
La escuela triunfa y se expande por todo el globo, al mismo tiempo
descabezándose la pedagogía tradicional al cambiarle los fines transcendentales
o metafísicos comenianos, kantianos o herbartianos, y ubicando allí el liberalismo, el nacionalismo
y/o el cientificismo.El logro de los procesos de aprendizaje escolar quedó
conformado centralmente por el siguiente triángulo:
a. Alumno pasivo y vacío,
reductible a lo biológico, y asocial. Se debe controlar su cuerpo y formar su
mente
b. Docente fundido en el
método, reducido a ser un robot enseñante
c. Saberes científicos
acabados y nacionalizadores.
Con respecto al Siglo XX, donde ya el reinado y
la notable
expansión global de la escuela es
innegable, en las primeras
décadas el énfasis estuvo puesto en la generación de una validación académica y
teórica del modelo, y fundamentalmente, nos queda la definición
durkheimiana de la educación como proceso social que, a pesar
de haber sido revisada y cuestionada, para Pineau no ha sido superada, ya que su
matriz sigue en pie. En efecto, Durkheim,
en su Educación y Sociología, definió a la “educación” realizando
varias operaciones:
1. Despega la educación de
cualquier definición trascendental y la limita a la espera de lo social. de
fenómeno esencialmente humano en Kant, la educación se vuelve un fenómeno
esencialmente social.
2. Determina muy fuertemente
el lugar del educador y del educando. Continuando los planteos de Kant, la
educación es un proceso de completud del infante como sujeto inacabado, al que
Durkheim sumó su comprensión como sujeto social.
3. Refuerza la dupla
represión/liberación mediante la inscripción social de la educación.
4. Ya fuera de la definición,
Durkehim naturaliza a la escuela al volverla heredera de la evolución
pedagógica previa, negando su historicidad.
5. La pone bajo el control
estatal. Las ecuaciones son educación=escuela y sociedad=estado, de forma tal
que la enunciación fundante, “la educación es un proceso social”, se desplaza a
“la escuela debe ser estatal”.
Luego, la historia siguió nuevos derroteros, como
el debate entre la escuela nueva y la tradicional, la psicologización
de la pedagogía, nuevas formas de organización y administración,
la globalización de la información, la masificación del
sistema, la constitución de nuevos agentes educativos, y la
aparición de nuevas formas de procesamiento de la información,
entre muchos otros fenómenos que condicionaron su devenir.
A modo de breve cierre, digamos que Pineau aporta
el pensar la escuela no como un fenómeno natural y evolutivo, sino histórico y
contradictorio, como una de las tantas, y no la única opción posible. De
tal modo, el autor deconstruye el concepto “escuela” desde lo
histórico-social, invitándonos a tratar de separar la escuela del paisaje
exterior que la rodea, la modernidad, poniendo a rodar lo naturalde
la escuela, que no es algo dado, sino una construcción a desarmar. Y luego de
esta deconstrucción, nos invita a confiar en la escuela como una alternativa
posible.
Pineau, Pablo ([1996]-2001) "¿Por qué triunfó la escuela?, o la modernidad dijo: ‘Esto es educación’ y la escuela respondió: ‘Yo me ocupo’ " en: Pineau, P., Dussel, I. y Caruso, M., La escuela como máquina de educar. Buenos Aires: Paidós.
Trabajo Practico: articular a través de una conclusión, el texto ¿porque triunfo la escuela?, con el vídeo: educación y memoria, ambos de Pablo Pineau
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